Con el objetivo de reforzar la seguridad y fomentar una cultura de prevención entre su comunidad, la Universidad Politécnica de Sinaloa (UPSIN) llevó a cabo una capacitación intensiva dirigida a personal docente, administrativo y estudiantado. Esta actividad fue organizada por el Departamento de Seguridad e Higiene, encabezado por la Ing. Emma Vilchis Torres.
Durante cuatro días, personal docente, administrativo y alumnado de la Universidad Politécnica de Sinaloa (UPSIN) iniciativa, promovida año con año por el Departamento de Seguridad e Higiene, presidida por la ing. Emma Vilchis Torres, encargada del departamento de Seguridad e Higiene UPSIN que busca fortalecer la seguridad de nuestros trabajadores y comunidad, con capacitación especializada con sesiones teóricas y prácticas, impartida por el consultor Código Rojo, enfocada en fortalecer las brigadas internas de seguridad y en fomentar una cultura de prevención en la comunidad universitaria.
Los temas abordados incluyeron primeros auxilios, búsqueda y rescate, evacuación y control de incendios, así como una variedad de situaciones de emergencia que pueden presentarse dentro de las instalaciones. A través de simulaciones, las y los participantes practicaron cómo actuar ante una contusión, realizar vendajes, aplicar técnicas de inmovilización y efectuar maniobras de RCP (reanimación cardiopulmonar) tanto en infantes como en adultos, así como intervenir en casos de atragantamiento.
También se realizaron ejercicios para cargar y trasladar personas heridas o con discapacidad en diferentes escenarios, con el objetivo de garantizar su seguridad sin poner en riesgo a quienes brindan apoyo.
Como parte de los ejercicios de evacuación, se capacitó al personal en cómo formar ordenadamente al dirigirse al punto de reunión, que debe ubicarse a una distancia equivalente al ancho del edificio más la mitad de su largo, y en la revisión minuciosa de las áreas para asegurar que ninguna persona quede rezagada durante una evacuación.
El programa incluyó también un recorrido de diagnóstico por los espacios del campus, donde se revisó la ubicación de extintores, salidas de emergencia y rutas de evacuación. Se instruyó además sobre la correcta activación del protocolo de emergencia y sobre los tiempos de reacción de los cuerpos de auxilio: aproximadamente 7 minutos en zonas urbanas y 15 en carretera.
En el módulo de búsqueda y rescate se explicó la diferencia entre la búsqueda primaria, que es rápida y sonora, para detectar personas vivas, y la búsqueda secundaria, más detallada, que puede incluir a brigadistas en apoyo a las autoridades, y está enfocada en localizar posibles víctimas mortales.
Finalmente, se reforzó la importancia de tener un plan de emergencia personalizado, con datos clave como alergias, enfermedades, medicamentos y horarios de comida. Se subrayó la importancia de actuar con responsabilidad durante una emergencia: no está penado no intervenir, pero sí lo está abandonar el sitio sin dejar evidencia de una acción de buena fe.
Todo esto bajo el principio básico que rige la atención en primeros auxilios: preservar la vida, mantener la función y cuidar la estética, en ese orden.
La capacitación concluyó con un módulo sobre prevención y combate inicial de incendios, donde se abordaron temas como tipos de fuego, uso correcto de extintores y atención a quemaduras de primer y segundo grado. Se reforzó la importancia de que las y los brigadistas cuenten con conocimientos básicos, capacidad de liderazgo, y criterios de seguridad para evaluar riesgos y actuar de manera oportuna.























